Las puertas correderas son una opción muy interesante para darle un toque diferente al interior de tu vivienda y una alternativa a considerar si disponemos de poco espacio. Elegir entre una puerta corredera o una abatible, tanto en puertas de paso como en armarios, es una decisión importante. Te contamos sus ventajas y desventajas para que elijas teniendo en cuenta todas sus características.

Ventajas de las puertas correderas

La principal ventaja de este tipo de puertas es la optimización del espacio. Nos permiten aprovechar al máximo la zona y conseguir una mayor amplitud. Además, podemos separar dos espacios o bien, si hemos colocado una puerta corredera de mayor amplitud, unirlos cuando creamos conveniente.

Es decir, conseguiremos fusionar espacios, generar continuidad espacial y alargar espacios, sobre todo si la puerta se extiende desde el suelo hasta el techo. El primer espacio se sumará al segundo.

Otra de sus ventajas es el estilo y toque diferenciador que pueden aportar a la casa. Dependiendo del material del que estén hechas, pueden combinar perfectamente con el resto de los elementos de la vivienda, proporcionar más luz y modernizar las estancias.

Inconvenientes de las puertas correderas

Una de sus principales desventajas es que no proporcionan el mismo aislamiento que las abatibles o tradicionales. Su cierre es menos hermético por lo que tanto el ruido como el frío o calor pueden traspasarlas con mayor facilidad. Por tanto, para lugares como los dormitorios, en lo que el silencio es más importante, las puertas clásicas pueden ser mejor opción.

También hay que tener en cuenta que la pared en la que se empotra la puerta no podrá albergar instalaciones (electricidad, agua o gas…).